La vida puede ser única y especial, si sabes aprobechar cada segundo de cada hora, cada hora de cada día y cada día de la semana." La vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento". Todo puede cambiar en un instante solo con una mirada, una sonrisa, un beso.

martes, 6 de marzo de 2012

Capitulo 15: ¿Por qué?


Macarena.

Acabo de llegar a casa, estoy muerta de cansancio tiro el bolso encima de la silla y me siento en el sofá, miro el móvil las doce joder dentro de nada llegara el gilipollas, no tengo ganas le mandare un mensaje para quedar otro día, así que empiezo a escribir un mensaje:

“Oye, mejor dejamos lo de comer para otro día por que estoy muerta y no tengo fuerza para aguantarte ¿vale?”

Enviar, a los pocos minutos recibo la contestación “OK” cierro el mensaje, dejo el móvil en cima de la mesa , me levanto y voy a mi cuarto cojo unos pantalones de chándal súper cómodos y me cojo una sudadera  gris en la que pone “J’adore Paris” y me recojo el pelo en una coleta alta y me vuelvo al salón para tumbarme en el sofá cojo el mando de la televisión y empiezo a hacer zapping me decido a dejarlo en una canal saco una pequeña manta, poco a poco el cansancio me va venciendo, mis parpados se van bajando, la luz cada vez va siendo menos y el ruido de la televisión se convierte en un mero murmullo.

Cuando me levanto ya es de noche, mis tripas empiezan a sonar, creo que debería comer algo así que me levanto y me dirijo a la cocina y abro la nevera ¡SORPRESA! Esta vacía así que no me queda más remedio que salir a comprar algo. Me cambio rápidamente y salgo por la puerta.

La calle está tranquila solo hay algunas personas que caminan con cara de cansados y ganas de llegar a sus casas. Entro en el pequeño supermercado y empiezo a dar vueltas por él para elegir algo que me apetezca cenar. Al final me decido por un plato de espaguetis a la carbonara de esos que vienen ya cocinado pago a la chica joven que se encuentra en la caja, es una chica muy joven lleva el pelo recogido, para mi justo iba demasiado maquillada, seguro que si se quitara un poco de potingue  seria más guapa.
Salgo del supermercado y vuelvo de camino a mi casa cuando de repente empiezo a escuchar mucho jaleo empiezo a buscar de donde viene, y encuentro a un grupo de chicos que se están llevando a orto hacia un lugar menos iluminado seguro que para pegarle. Me escondo un poco detrás de un coche para poder ver mejor y empiezo a marcar el número de la policía, pero justo cuando me cogieron el teléfono un chico me cogió el móvil y lo tiro al suelo.

-Mirad, lo que he encontrado, estaba llamando a la policía-dijo el chico que me empujaba para llevarme donde estaban los demás pegando al chico que ya estaba en el suelo en una postura que reflejaba el dolor, aunque no podía la cara seguro que estaba llena de moratones.

-Muy bien Sergio, no sé si sabes que no te tienes que meter en los asuntos de los demás-dijo otro chico que tenia los nudillos llenos de heridas seguro que por pegar al que estaba en el suelo, que ya había pasado a segundo plano ya que todos estaban atentos a mí.

-No sé si sabes, pero dar una paliza a alguien tampoco es de muy buena educación-dije intentando que no se notara el miedo que tenia.

-Uy la gatita a sacado las uñas-dijo con aire de superioridad mientras los otros zopencos le hacían un eco de risas.

-No me llames gatita, te creerás muy gracioso haciendo reír a estos zopencos con cerebro de aceituna.

-Relájate putita-dijo con una sonrisa maliciosa

-Vete a la mierda-justo cuando termine de articular esa palabra, el zopenco jefe me dio una gran bofetada que me hizo perder el equilibrio, lo que provoco que callera a suelo al lado del muchacho justo en ese momento puede verle la cara, no me podía creer quien era: Caleb.

-Caleb ¿estas bien?-dije acercándome a él.

-¿Quéeee…….haces…. tu…. aquí?-lo logro decir en un susurro.

-Ah así que os conocéis, que bien a si a cavamos de juntar a la putito con su chulo.

-Te creerás muy valiente pegando a una chica y a un chico con cinco zopencos ¿no?-otra bofetada esta vez seguida de una patada e las costillas lo que me provoco que se me cortara la respiración durante unos segundos.

-¿Decías algo? Es que no te he escuchado bien…-dijo acercando la oreja  un poco hasta donde Caleb y yo estábamos tirados.

-Vete a la mierda.

-Respuesta incorrecta- seguido de estas palabra vinieron otras patadas después al que llamaron Sergio me levanto-me temo que llevas mucha ropa déjanos ver  las curvas de esta putita maleducada.

Poco a poco fueron quitándome la chaquetilla que me había puesto para salir a comprar mi cena, porque no pude llamar y pedir una pizza, pero en el fondo me a legraba de que no lo hubiera hecho porque si no los hubiera encontrado y a saber lo que le hubieran hecho a Caleb, que ahora estaba inconsciente en el suelo.

-¿Qué pasa aquí?

Un chico apareció y todos salieron corriendo no sin antes decirle a Caleb que esto no había acabado, y gracias a Dios que había aparecido porque si no, no me quiero imaginar que hubiera pasado.

-¿Estás bien?-me pregunto mientras me ayudaba a levantarme y  a ponerme la chaqueta ya que la camiseta me la habían roto, joder con lo que me gustaba.

-Sí, gracias-le dije intentando aguantar las ganas de llorar.

-Hay que ir a un hospital tu amigo está fatal.

-No-dijo Caleb que había recuperad la consciencia.

-No, déjelo gracias mi casa está aquí al lado.

Me ayudo a llevar a Caleb a mi casa, le tumbamos en el sofá, le eche la mata encima y en cuanto el chico cruzo la puerta de mi casa, me encerré en el baño y las lagrimas empezaron a brotar de mis ojos, en aquellas lagrimas estaba reflejado todo el miedo, la impotencia y un millón de sentimientos más. Cuando las lagrimas se acabaron Salí del baño y me dirigí hacia el sofá donde estaba Caleb, le cure como pude los rasguños de la cara, le limpie la sangre de labio y le quite la ropa que estaba llena de suciedad y sangre. Se despertó y empezó a articular palabras pero hablaba tan bajito que tuve que acercar mi oreja a su boca para entender lo que decía.

-Por fin has hecho lo que deseabas dejarme en ropa interior-dijo en un susurro.

-Que pasa que hasta mal herido eres un salido.

-¿Qué te ha hecho? ¿Has estado llorando?

-Nada no te preocupes tomate esto y más tarde hablaremos- dije tendiéndole un calmante y un vaso de agua.

-SI te han hecho algo tienes sangre en el labio, y un corte en la ceja.

-Venga tómatelo- después de insistir se lo tomo y muy despacio le ayude a ponerse en pie y le lleve a mi habitación le tumbe en la cama.

-Yo me imaginaba en tu cama pero por otras circunstancias.

-Anda cállate y descansa.

-Vale ¿y tú me haces compañía?

-NO yo me voy al sofá, hasta mañana-fue las últimas palabras que tuvimos esa noche estaba muerta de cansancio y mi cabeza necesitaba un descanso ya que miles de preguntas sin respuesta rondaban mi mente pero la principal era: ¿Por qué?

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